Aunque la baja autoestima no se clasifica como una condición de salud mental en sí misma, existen vínculos claros entre la forma en que nos sentimos acerca de nosotros mismos y nuestro bienestar mental y emocional general. Teenage Minds, una organización benéfica, define la autoestima como "cómo se siente una persona sobre sí misma y lo que hace". Entonces, una persona con alta autoestima cree que es una buena persona; pueden reconocer sus buenas cualidades y generalmente se esforzarán por una vida feliz y exitosa. Alguien con baja autoestima tiene sentimientos negativos sobre sí mismo, creyendo que no son dignos de amor, felicidad o éxito.
Relaciones interpersonales pobres
Como personas, nos esforzamos por interactuar con los demás y las relaciones que tenemos con las personas más cercanas a nosotros nos ayudan a definirnos como personas. Entonces, las relaciones negativas en última instancia equivalen a sentimientos negativos y una percepción negativa de nosotros mismos.
Depresión y ansiedad
La baja autoestima tiende a funcionar en un círculo vicioso con otras afecciones de salud mental como la depresión y la ansiedad. Es difícil decir qué viene primero, solo que la combinación es común y problemática.
Problemas de sueño
No dormir bien o dormir por tiempos muy largos puede hacer que tu día no rinda lo suficiente o que no tengas tiempo para hacer algunas actividades más productivas.
Construyendo autoestima
Desarrollar la autoestima es crucial. Cuando aprendemos a amarnos a nosotros mismos, nos esforzamos por mejorar, tener una relación más feliz o una vida más satisfactoria. Es importante aprender a valorar y cuidar tu mente y cuerpo a través de un estilo de vida saludable. Una buena dieta, ejercicio y meditación pueden ser los primeros peldaños para recuperar la confianza física y emocional. Comprometerse completamente con aquellos que amamos es importante. Sentirse amado y apoyado (y poder ofrecer amor y apoyo a cambio) es una forma maravillosa de comenzar a aumentar la autoestima.
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